Una noche fría de otoño, mientras me dirigía al coche se acercó un pequeño gatito maullando, me siguió y, al abrir la puerta del coche, entró y se acomodó dentro.
Como no podíamos dejarlo en la calle con ese frío lo llevamos a casa, le dimos agua, comida y una cama calentita.
Ahora, semanas después y tras buscar insistentemente a su familia sin resultado ninguno, podemos decir que el gatito se queda en casa.
Ahora, semanas después y tras buscar insistentemente a su familia sin resultado ninguno, podemos decir que el gatito se queda en casa.
Bienvenido a la familia, Chi =)
He de decir que, aun habiendo intentado matarme, el gatito es anormalmente cariñoso y familiar, es genial :3
ResponderEliminarEs un poco monguer... :P
ResponderEliminar